A continuación va el Posicionamiento de la Asamblea Docente que se leyó en el Consejo Superior:
Río Cuarto, 13 de agosto de 2025
Sra. Presidenta del Consejo Superior Rectora Prof. Marisa Rovera
De nuestra mayor consideración,
Nos dirigimos a Ud. como Presidenta del Consejo y, a través suyo, a todos y todas las Consejeras del cuerpo para presentar un posicionamiento de la Asamblea Docente de la UNRC, celebrada el pasado jueves 7 de agosto en el campus de la universidad, que solicitamos puedan analizar para decidir sobre su acompañamiento.
En épocas hostiles para la educación en general (como también para la salud pública -en particular, la vinculada con la atención de infancias, personas mayores y discapacidades), el sistema universitario nacional argentino está en riesgo grave y serio. Esta severidad de la crisis por la que estamos todas, todos atravesados tanto en lo personal como en lo colectivo, es ajena sólo a quienes brindan su apoyo al actual gobierno nacional y a quienes han hecho del negacionismo un escudo protector que los aísla de lo real concreto, material y tangible: el hambre, la pobreza, la desocupación, la caída en situación de calle a falta de techo y trabajo, la rotura del tejido social y el sálvese quien pueda.
Nuestra universidad nacional, pública y gratuita, la UNRC, donde realizamos nuestras tareas de trabajadoras y trabajadores docentes todos los días, no escapa en absoluto del azote continuo con el que la política gubernamental central está castigando con violencia a las universidades: sin paritarias, la negociación salarial y de condiciones de trabajo es historia del pasado; los salarios resultan no sólo insuficientes para solventar los gastos de canasta familiar (incluso los básicos) sino que se constituyen en irrisorios respecto del costo de vida. Así, la mayoría de trabajadores de las universidades -docentes y nodocentes- debemos asumir con preocupación, angustia y malestares psicofísicos varios que estamos pauperizados, que somos pobres en orden a nuestro ingreso salarial.
Como si esto fuese poco, pareciera que debemos aceptar pasivamente el carácter de redireccionado del exiguo presupuesto para universidades, procedimiento o tecnicismo que como efecto diezmó el financiamiento universitario al borde de tornar fuertemente improbable que se puedan llevar adelante tanto proyectos y programas de vinculación /extensión, investigación y ciencia y técnica como el desarrollo de docencia de grado y posgrado.
A lo anteriormente descripto y vivido como experiencia cotidiana compartida, se le suma una agresión muy dolorosa que cala en nuestra identidad de trabajadores docentes: el voto por la negativa de los diputados de nuestro propio territorio provincial e, inclusive de nuestra ciudad: Belén Avico, Gabriel Bornoroni, María Celeste Ponce, Laura Rodríguez Machado, Luis Picat y María Cecilia Ibañez a la Ley de Financiamiento Universitario y, de modo extensivo todos y cada uno de los votos negativos de las personas que ocupando una banca en esa Cámara, no nos representan, ni tampoco al pueblo argentino que asiste, trabaja, estudio y defiende a nuestras universidades y al derecho inalienable a la educación.
Valga el anterior racconto (rápido, sencillo y simplificador) como gesto de memoria, no sea cuestión de que nos olvidemos de los efectos desvastadores de estas políticas libertarias en la vida de las personas y naturalicemos su fuerza desvastadora de humanidades.
Dicho lo anterior, solicitamos a este Consejo Superior de la UNRC que se expida formalmente lamentando y repudiando dichos votos por el No a la educación universitaria, No a la investigación y a la ciencia argentina, No a la vinculación de universidades con los territorios que habitan y la habitan, No a los trabajadores y a las trabajadoras universitarias, No a salarios, becas y vidas dignas. Porque asignar (o NO) presupuesto a un sector de la vida de las comunidades es un acto político. Y desfinanciar al sistema universitario de este modo cruel y autoritario es una afrenta sistemática a nuestros derechos ciudadanos.
Pronunciarse frente a este ataque que pone en riesgo la existencia de las UUNN tal como las conocemos (ya que no alcanza con que estén “abiertas”) es un acto necesario, digno, democrático. Eso es lo que les requerimos en esta coyuntura que pone en peligro las banderas y los derechos que como trabajadoras y trabajadores docentes de la universidad argentina creíamos conquistados.
Sin más, aprovechamos para saludarla y
saludarlo/as muy atte.